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¡Madre mía, qué pequeñita era yo aquí!

Esta fue la primera vez que vi orcas en libertad, vamos, esa noche no dormí nada de nada ¡qué nervios! AMO a las orcas. 

Lo que pasa es que había un temporal alucinante, iba en una zodiac y un barco cercano tuvo que rescatarme. Recuerdo que pensé que me caía al agua por las olas que había mientras la gente del barco me ayudaba a subir y a saltar de la zodiac. ¡Qué recuerdos!

¡Ostras, mi primera aurora!

Bueno tardé varios días en poder dar con ellas. Pero me enamoré de la ciencia y desde que las ví me dediqué a aprender más sobre ellas a investigar y a estudiar hasta que pude cazarlas por mí misma. 

¡Jamás pensé entonces que me convertiría en caza auroras! 🙂

¡Ni te cuento los aurorones que vimos en mi primer grupo guiado!

Pasamos una noche de conviviencia con los samis – el pueblo indígena de Laponia- y fue una pasada. Era Nochebuena ¡de las mejores de mi vida! horas y horas de espectáculo de auroras en mitad de la NADA. 

Mi grupo estaba FELIZ y yo ¡ni te cuento!

Desde entonces he sido anfitriona de un montón de grupos en Noruega, Islandia, Suecia… 

Estoy súper orgullosa de mi tribu y súper contenta de ver sus caras cuando damos con las auroras, buscamos animales árticos, vivimos aventuras en motos de nieve, convivimos con los samis, nos adentramos en glaciares o nos relajamos en piscinas termales. 

¡Me encanta diseñar momentos árticos reales para mi tribu!

Tengo tantos recuerdos bonitos…

 

¡Cómo aquella vez que mi tribu se pensaba que había un incendio porque entré gritando al hotel para decirles que iban a ver auroras esa noche! ^^

Vale, soy muy friki ¡ya te estoy avisando!

¡Pero y el espectáculo que se hubieran perdido de no ser por mis gritos! 🙂

 

Vale, lo de esta foto es…

He estado viviendo en una caravana sin agua corriente ni baño en mitad del Ártico sueco. Las vistas una pasada. Podía ver auroras desde el sofá y desde la cama, aunque madre mía el frío que he pasado para ir a lavarme los dientes. 

¡Muchas veces no veía una torta porque tenía que atravesar un tormentón de nieve!

 

Aproveché para sacarme el carné de moto de nieve. 

¡Imprescindible para liderar grupos!

Honestamente, me encanta. ¡La de expediciones y cazas de auroras que me he hecho en moto, madre mía!

 

Antes me preguntabas que cómo es vivir sin oscuridad ¿no? 

¡TREMENDOO!

Prefiero la noche polar mil millones de veces. Es que no hay quien pegue ojo. De abril a agosto… ¡imagínate!

A las 3 de la mañana hace el mismo sol que a las 5 de la tarde, tu cuerpo te pide descansar y tu mente está hiperactiva. 

¡Anda!

Esta es del Ártico ruso. Una expedición súper chula que hice para convivir con nenets, komis y samis en uno de los pueblos más aislados.

7 horas en moto de nieve para llegar a él, pero mereció tanto tanto la pena..

Eso sí, sufrí como una cosaca la verdad. Esfuerzo físico, frío (-30 grados)… pero mi convivencia en el pueblo fue una pasada.

¡Pero te lo cuento en otro momento, que estoy acaparando la conversación… !

 

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